jueves, 22 de diciembre de 2016

Triunfo Arciniegas / Diario / Pasaporte

Ilustración de Triunfo Arciniegas


Triunfo Arciniegas 
Pasaporte
Ciudad de México, 19 de diciembre de 2016

Esculcando mi pasaporte en el aeropuerto Benito Juárez y como si fuera un delito, el policía extra dice: "Viaja mucho".

Ya aprendí que con estos tipos no se puede discutir. Uno los hace enfurecer y luego paga las consecuencias. ¿Qué se sentirá vivir día tras día amarrado a un pinche escritorio viendo tanta gente que recorre el mundo? ¿Qué se sentirá vivir armado y metido en un ridículo uniforme, en un universo de viajeros de todos los colores? ¿Qué se sentirá pensar mal de todo el mundo? Porque si llaman a alguien es porque creen que algo tiene pendiente, que algún pecado van a encontrar. 

El policía vio que me me hacían abrir el equipaje de mano después del escaner para una revisión más exhaustiva. No encontraron nada raro, por supuesto. Con el portátil, los discos duros y la cámara, sólo llevo libros. O sí, pensándolo bien, algo raro llevo: libros. 

"¿Qué le quitaron?", preguntó el policía y le dije que nada. Luego repitió la pregunta. Tal vez estaba pensando en su parte del botín. Luego de esculcar mi pasaporte, quiso saber a qué me dedicaba (diseñador de nubes, bebedor de relámpagos, payaso de entierros, fueron mis pensamientos, aunque en realidad sólo soy un vagabundo) y cuánto dinero llevaba. Saqué unos dólares de mi bolsillo y le pregunté si quería contarlos. Ahora me acuerdo de una canción: "Si es que tienes desconfianza, no te separes de mí". Pero en ese momento me sentí molesto. Me fui echando madrazos.



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