viernes, 8 de febrero de 2013

Diario / Marina Colasanti

Marina Colansti
Rio de Janeiro, 6 de febrero de 2013
Foto de Triunfo Arciniegas


Triunfo Arciniegas
Marina Colasanti
Rio de Janeiro, 6 de febrero de 2013

"Estás jovencito", me dice Marina Colasanti en casa de Ana Maria Santerio. Nos hemos reunido para comer con su marido  el poeta Affonso Romano de Sant´Anna, con el ilustrador Rubem Grilo, con otros amigos de Ana Maria Santeiro. Marina tiene 75 años y se mantiene tan vital, tan elegante, tan bonita. Expresa su afán por hacer cosas porque se llega a una edad en que se sienten los límites. "En cualquier momento uno puede irse", precisa. Y acude a una metáfora: la vida como campo de batalla. El hombre mayor es como uno de esos soldados del siglo XIX o principios del XX en la primera fila del combate, aferrado a un fusil que no detiene las balas del enemigo. Algunos caen, otros siguen,  nadie puede retroceder. Uno ve caer al vecino y sabe que puede ser el siguiente en caer. 

Me acuerdo ahora de una frase de Francis Bacon: "Los amigos están muriendo como moscas". Y uno se va quedando solo.




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