sábado, 26 de abril de 2014

Diario / Triunfo Arciniegas / Lo que le debo a García Márquez

Gabriel García Márquez
Calle Fuego 144, Pedregal de San Angel, Ciudad de México
6 de marzo de 2014

Triunfo Arciniegas
LO QUE LE DEBO A GARCÍA MÁRQUEZ
26 de abril de 2013

La admiración por García Márquez ha sido universal,  casi unánime. Los periódicos importantes del mundo entero le dedicaron su portada, donde “genio” y “gigante” fueron adjetivos frecuentes. The Guardian lo considera de la talla de un Joyce. En una y otra parte se habló de “Cien años de soledad” como la novela más grande después de “Don Quijote”. Lo mismo dijo Pablo Neruda hace casi medio siglo.

El ex presidente Bill Clinton declaró en The Guardian: “Tuve el honor de ser su amigo y conocí su gran corazón y su mente brillante por más de veinte años”. El actor Forest Whitaker, por su parte, expresó algo muy bello (la traducción es mía): “Para mí es suficiente con la certeza de que él y yo existimos juntos en este momento”. De acuerdo, coincidir en el tiempo, en la geografía e incluso en la lengua con García Márquez ya es un absoluto privilegio.

.En fin, de las cincuenta entradas que hice en DE OTROS MUNDOS en estos nueve días de homenaje a García Márquez, aunque no todas por entero a su favor, me quedo  con las palabras de Alessandro Baricco, el autor de la bellísima “Seda”, que va camino de convertirse en clásico: “A García Márquez le debo un montón de cosas. Para empezar, los veinte segundos en los que leí por primera vez las últimas líneas de El amor en los tiempos del cólera: tenía alrededor de treinta años y creo que allí dejé, justo en ese instante y para siempre, de tener dudas sobre la vida.”







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